Raquel Vázquez Díaz se sirve de la metáora informática, que conforma la arquitectura de Lenguaje ensamblador, para puntuar los pasos de un camino posible de exploración (en primera instancia) y de reconstrucción (después) de una subjetividad dolorosamente limpiada de la ilusión de saberse comunicar. La autora insiste sobre la impracticabilidad de una representación lingüística capaz de adherir a la experiencia personal e íntima del mundo, de una expresión fiel al sentimiento: Desde los labios cuelga un espejismo.
El concepto de asíntota representa perfectamente la dramaticidad de esta situación. Existen ámbitos de la existencia que, por tanto que exigan de ser dichos, muy poco se prestan, en realidad, a ser traducidos en palabras, frases y discursos; ámbitos en los que, cuando nos aventuramos en ellos, terminamos invariablemente chocando con la sensación frustrante de una distancia infranqueable entre "lo que quisiéramos decir" y "lo que puede ser dicho": Ninguna asíntota en el plano llega / a trazar lo que no puede decirse.
Ahora bien, pertenecen al dominio de lo indecible todas aquella regiones de la comunicación en donde se trata no de "decir" sino de "decirse", todas aquellas situaciones que reenvían a una comunicación no sobre objetos, sino de, y entre, sujetos. ¿Cómo se dice una emoción? ¿Cómo se expresa una Weltanschauung?
Los ojos son castigo cuando a aquel
a quien se ama tan sólo
se le puede mirar.
Hemos aquí una imagen nítida y durísima del choque de repetición entre la urgencia de decirse y la insuficiencia infraestructural propia del lenguaje. No poder decirse es permanecer encerrados.
Con Lenguaje ensamblador Raquel Vázquez Díaz demuestra toda su madurez artística.
Alberto Asero
Raquel Vázquez Díaz, "Lenguaje ensamblador": Premio Literario Internacional Independiente, 2019, séptima edición: poesía, premio premio (poesía editada).
Commenti