Columna vertebral de Quelques lettres d’elle es la cuestión del rechazo de facto de la prioridad lógica y ontológica del inconsciente (freudiano), gran engaño de la contemporaneidad según Louise Lambrichs, que la novela desarrolla a través del carteo de L., mujer cuya intrigante personalidad se deja adivinar entre las líneas de diálogos incompletos (faltan de hecho las cartas de sus interlocutores) que nunca caen en el intimismo.
La apuesta sobre la centralidad de la realidad del inconsciente, junto con la conciencia de su sistemática negación en el mundo contemporáneo, vuelve sospechoso, a los ojos de L., el culto de la “razón razonante” como única instancia autorizada a comparecer en el escenario oficial del conocimiento. Separada del fundamento inconsciente que determina su constitucional “fragilidad”, la racionalidad no convence del todo y tanto la ciencia como, en ocasiones, la misma filosofía, terminan ocultando aún más la realidad que pretenden desvelar.
El desclasamiento de la personalidad a su superficialidad racional e impersonal que la negación del inconsciente implica y el menosprecio de la corporeidad (sexuada) como lente que informa toda experiencia de la realidad, se vuelven patentes en la cuestión del género, otro importante leitmotiv que recorre la obra. “La guerra entre los sexos me aburre, me parece de una estupidez sin nombre”, escribe L., porque, al fin y al cabo, la obsesión por la racionalidad, condenando a la clandestinidad todo entendimiento de la realidad que manifieste, en lugar de esconder, el sujeto, amordaza tanto al hombre como a la mujer.
L'homme n'est pas d'une pièce, il est fait de tant d'expériences et traversé de tant de sentiments contradictoires qu'il est bien difficile, parfois, de savoir où il est.
Tesis de fondo de esta obra de extraordinaria madurez literaria e inclusive de significativo alcance filosófico es así que la reconciliación y recomposición del sujeto (ubicado, cabe aclarar, en la “abismo” que divide cerebro y pensamiento) sobre su fundamento inconsciente, meta de todo sano humanismo, pasaría necesariamente por la emancipación del arte, y de la literatura en especial, como conditio sine qua non de toda auténtica inteligencia de la naturaleza humana. Es sin embargo precisamente aquí, en la negación radical de la complementariedad entre ciencia y arte, donde el cientificismo muestra su verdadera vocación obscurantista: según éste afirma, reflexiona L., “las novelas disfrazarían nuestras verdades mientras que los ensayos nos pondrían al desnudo”.
Alberto Asero
Louise Lambrichs, "Quelques lettres d'elle": Premio Literario Internacional Independiente, 2017, quinta edición: novela, primer premio (novela editada)
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