Justo cuando el problema de las migraciones masivas pone de manifiesto el escándalo de un progreso que todavía no ha sabido traducirse en humanidad, Fatoumata Kane narra la tragedia de la emigración africana en Europa con los ojos de quienes dejan sus tierras para buscar esperanza.
Esclavo de un espejismo que empobrece más que la misma pobreza, el personaje de Kane es el alter ego de sí mismo, una especie de identidad eludida que vive para partir y parte para regresar, que cruza desierto y mar para, según el destino, correr hacia la desgracia de la muerte o la suerte de un exilio. Deseado e impuesto al mismo tiempo, el drama de quien migra presenta muchas caras, siendo quizás la más obscura el ocultamiento sistemático del propio sufrimiento, sublimado como ofrenda votiva y, como tal, ostentado en el altar de la apariencia y de la auto-discriminación. Entregado a la página, sin embargo, el negro ya no es negro: asume, de repente, todos los colores de la humanidad y aquel instinto, recurrente en las venas del mundo, que empuja a uno a buscar en otro lado lo que no es.
Apremiante, omnipresente, más fuerte que todos es el deseo de regresar: la clandestinidad, según Kane, no es una categoría legal, sino de lo inhumano que es perder las raíces. (Viene entonces a la mente aquel pasaje de La luna y las hogueras en el que Cesare Pavese descubre que un pueblo es no ser solos, que alguien, algo, está en espera; y aquel otro pasaje de Cien años de soledad de Gabriel García Márquez en el que los muertos se vuelven raíces sobre las que la vida de los vivos se acomoda, corre, resiste.)
Alberto Asero
Fatoumata Kane, "Mirages": Premio Literario Internacional Independiente, 2015, tercera edición: novela, primer premio (narrativa editada)
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